Galería

Abandonando las nociones provinciales de tiempo y lugar, para esta temporada la esencia de Miu Miu se captura oportunamente a través de una visión de feminidad resuelta. Buscando transmitir cierta perfección física junto con el espíritu idiosincrásico de Miu Miu, el rodaje infundió una lujosa sensualidad y un trasfondo cinematográfico.

Quien personifica esta búsqueda de la belleza icónica es Laetitia Casta, cuyo inexplicable físico se convirtió en la escena en la que expresar nuestra imaginación visual colectiva. Una oda a la exquisitez de la feminidad.

La visión de Miuccia Prada de la mujer Miu Miu se redefine así una vez más, y este capítulo se convierte en otra faceta de un ideal femenino cristalino y complejo. Laetitia Casta representa una pureza de belleza a la que no le falta absolutamente nada.

Dentro de los confines de un espacio no revelado, la visión de un invierno Miu Miu se expresa como un ensueño privado y evocador. El escenario se materializa como un espacio interior íntimo en el que los colores se exageran e intensifican de la misma manera que las emociones humanas.

Colores azules luminosos, beige delicado, terciopelo carmesí y rosado con sombras brillan de tal forma que imitan y se alejan a la vez de la realidad. Los matices saturados y las texturas experimentales de la ropa juegan de manera armoniosa con el escenario claramente imaginado.

La interacción entre la mujer, su ropa y su entorno se reevalúa con respecto a los principios opuestos de estética estricta y fantasía y libertad impredecibles. Los elementos creativos dispares del rodaje combinados crean un teatro de fantasía reflejo de nuestro entorno cambiante.

Lejos de una simple afirmación de la belleza, esta colección de imágenes sirve para revelar la naturaleza conflictiva del ideal femenino de nuestro tiempo, con yuxtaposiciones de fuerza y fragilidad, intelecto y seducción.