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La campaña Primavera/Verano 2007 prosigue con el diálogo productivo entre Miu Miu y los talentos, más específicamente, los actores.

Fascinada por la dinámica del proceso interactivo, Miu Miu siempre ha querido convertir su publicidad en una plataforma para encuentros creativos.

A través de la elección de la sumamente carismática Lindsay Lohan, Miu Miu continúa investigando y expresando las complejas y múltiples facetas de la feminidad, y las variadas y ricas personalidades de la mujer Miu Miu.

No es ningún secreto, la gran belleza va mucho más allá de un look fantástico. La mera estética se ve infinitamente realzada por el carisma, el estilo individual y una seductora dosis de desenvoltura. Lindsay Lohan posee estas cualidades intangibles.

Expresarse en público requiere tanto sensibilidad para potenciar la propia personalidad, como confianza para someterla a un intenso escrutinio. En este sentido, Lindsay es una paradoja de intrepidez y fragilidad. Está en su fuerza para confrontar sus puntos de vista y sentimientos y compartir la intimidad con el público lo que ha creado su identidad.

La moda es "redefinición" por naturaleza; es lo que construye la identidad personal en un momento específico en el tiempo. Esta campaña se basa en la realidad y la fantasía, un momento singular y único capturado de forma íntima e intuitiva por el dúo fotográfico compuesto por Mert Alas y Marcus Piggott.

Alejándose de la excentricidad y el resplandor que normalmente la rodean, Lindsay participó en un momento realmente transformador. Las imágenes resultantes son momentos instintivos de estilo desinhibido que retratan vívidamente la singular belleza, la confianza en sí misma y el carácter de una joven extraordinaria.