Les 3 Boutons
de Agnès Varda
“¡Señorita Jasmine! ¡Le traigo un paquete" La muchacha de 14 años con ortodoncia para un momento de ordeñar a la cabra. Su cartero le entrega una sorpresa. La abre. Aparece flotando un mágico vestido de baile magenta de una talla 10 veces mayor que la suya. "Tengo curiosidad", dice, y despliega el vestido. A partir de aquí, Jasmine (la terca, la soñadora, la realista) nos conduce por un anticuento de hadas moderno a través de cuevas y estalagmitas, calles y escaparates, obsesiones y empoderamiento diario.
Les 3 Boutons está dirigido por la legendaria directora de 87 años Agnès Varda, considerada por muchos como la pionera de la Nueva Ola del cine francés y ganadora de la primera Palma de oro honorífica en el Festival de Cannes de este año. Les 3 Boutons es el décimo encargo de los Women's Tales de Miu Miu, la aclamada serie de cortometrajes dirigidos por mujeres que celebra de forma crítica la feminidad en el siglo XXI.
La última incorporación es un trabajo original del mundo único de Varda. Está repleta de marcas distintivas de sus seis décadas creando películas, que incluyen la innovadora La Pointe Courte (1955), Cleo de 5 a 7 (1961), Sin techo ni ley (1985) y Las playas de Agnes (2009).
"Es un juego con la realidad", explica Varda. "El juego se llama cine".
La protagonista de Les 3 Boutons es la recién llegada Jasmine Thiré, y se rodó en Bonnieux y también en la calle Daguerre, en París, en la que Varda ha vivido durante 50 años. La historia da la vuelta suavemente a los clichés de la juventud de las niñas. Jasmine prefiere el uniforme escolar y una educación a la seducción fácil del estilo de vida de Cenicienta.
"Vi inmediatamente la contradictoria yuxtaposición entre la vida en la granja y la alta costura", indica Varda. "El elemento más mínimo, el más esencial, es el botón. 3... 2... 1... ¡Adelante!" A medida que van cayendo los tres botones del vestido de Jasmine, llenos de promesas y cambios, nos percatamos de que la descripción de Varda de "una jovencita descubriéndose" se aplica del mismo modo a la atemporal directora que a la inquisitiva protagonista.
Fotografía de Brigitte Lacombe