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La campaña publicitaria de la Precolección de Otoño 2017 de Miu Miu, rodada por Alasdair McLellan, forma es parte de un estudio en curso sobre la naturaleza fugaz de las imágenes contemporáneas, tal vez como metáfora de la fugacidad de la juventud. Estos retratos, que representan a mujeres jóvenes solas o de dos en dos que viven en espacios cálidos e íntimos, se componen y recortan caprichosamente una encima de la otra para formar las imágenes que más apreciamos: fotos tomadas a amigos, guardadas en álbumes privados o compartidas en medios sociales.

Aquí, la actriz Jaime King y las modelos Samantha Archibald, Iesha Hodges y Lily Nova se preparan para una noche de fiesta, que cuenta una historia de amistad femenina. Escenario: una elegante habitación de hotel londinense que proporciona un suntuoso telón de fondo para una sesión de fotos ligeramente desenfadada y aparentemente improvisada. La iluminación tiene la cualidad de una selfie de aficionado, pero realza la compleja combinación de colores de la colección.

Un aspecto muy importante en la moda son los ornamentos: un elemento básico de las obsesiones de la diseñadora Miuccia Prada. Clásicos zapatos de tacón alto de satén, bolsos de piel y variaciones en el brillo del flash de la cámara cuando se adornan con hebillas con joyas, tachuelas metálicas y piedras brillantes. Los cárdigans de cachemir decorados y los vestidos de seda crean una referencia desenfadada a los símbolos del deseo: los parches colegiales representan a Cupido con su flecha, mientras que los botones perlados forman una insignia de gran tamaño.

El ritual de vestirse, compartir la ropa e intercambiar complementos hace que las combinaciones sean infinitas, con muchas más posibilidades de excederse tanto de forma real como imaginaria. La noche no tiene porqué terminar, porque tampoco empieza a una hora determinada, se trata solo de una decisión colectiva.