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Un hotel es un punto de encuentro e interacción sin fin. Es tanto un destino como un punto de inicio, el umbral entre la familiaridad y lo desconocido hasta el momento. En las habitaciones, suites, laberínticos pasillos y vestíbulos de un hotel, las personas van y vienen sin mayor importancia. Se asumen e intercambian distintos roles y se podrían contar miles de historias. Un hotel es un lugar donde reinventarse a sí mismo.

El amplio espacio del vestíbulo se convierte en un punto de convergencia, un recinto espontáneo e inesperado en el que se entrecruzan e intercambian distintos personajes. Es el proscenio en el que se perciben, distinguen y redefinen personalidades mientras los huéspedes se pasean, con vidas desdibujadas. Un hotel es una paradoja: íntimo y extenso, público y privado. Un espacio efímero, un hogar tan solo durante una noche.

La campaña de Croisière 2019 de Miu Miu captura esta esencia de constante cambio, de intriga e interacción. Mujeres con distintos estilos de vida, de modelos a estrellas de cine, cruzan sus caminos a la entrada del dorado vestíbulo del Hôtel Regina, un hotel de finales de siglo ubicado en París. Entre el variado elenco que atraviesa las puertas se incluyen la actriz Gwendoline Christie y las modelos Lucan Gillespie, Taylor Hill, Kendall Jenner, Adriana Lima, Ariel Nicholson, Cami You-Ten, Zoe Thaets y Naomi Chin Wing, quienes ilustran a la perfección la imagen del hotel como un receptáculo de culturas e intersecciones.

Fotografiadas por Alasdair McLellan en la puerta del hotel y envueltas en una acción dinámica, estas figuras aparecen en equilibrio, en el umbral. Tanto si entran como si salen, estas mujeres están adentrándose en lo desconocido con valentía. No se puede anticipar nada, pero se puede esperar todo.